ECUAVOLEY: “LA PLANCHA”, “LA PARABOLA” Y OTRAS TECNICAS
1.- He trajinado por muchas canchas del país y nunca había observado una nueva modalidad de jugada que deleita, asombra, y que la admiramos cuando es efectuada por jugadores que la culminan, dándole un buen trato a la pelota. Cuando se asiste a un buen partido de ecuavoley, entre las tantas incidencias que se dan, se produce una, que la podemos describir como el “deslizamiento del deportista, que toca la pelota con el dorso de la mano apoyada en el suelo”. Esta frase parece no tuviera sentido, pero no es así, tiene cumplida realización y se produce cuando en un partido sus actores, son jóvenes que juegan o han jugado el volibol internacional con 6 jugadores por bando.
Esta jugada, nueva en nuestro medio, conocida como “la plancha” la he visto repetidas veces en las canchas de La Alborada y La Tierrita en partidos en los que intervienen jugadores con elevado nivel técnico, que se desplazan en la cancha con suma agilidad y matemática ubicación y tratan de impedir que la pelota lanzada por un jugador rival toque el suelo.
Cuando un jugador rival envía una pelota al campo contrario, quien observa tiene la impresión, que va a caer en el piso, pero en ese instante, en fracciones de segundo, surge la jugada imprevista que es motivo de este comentario y que muy pocos deportistas la realizan: Daniel, Pancho, Marcelo, El conejo, Colo, Jeffrey y alguien más, reaccionan, desplazan su cuerpo apoyando sus manos en el piso; esta jugada según se me ha comentado, la practican en sus colegios, luego de los bloqueos pero como el piso es de un parquet especial, la repasan y la perfeccionan tocando la pelota con el dorso de la mano o los dedos, lo cual da lugar a un rebote dirigido a algún compañero.
Colo, en realidad hace lo que hemos llamado "El Delfin", ya que con marcha atraz regresa y se lanza en una suerte de volada y ejecuta la plancha.
Surge una interrogante: ¿Es o no válida la jugada? ¿La pelota toca o no el piso? Bueno, son aspectos a discutirse, pero mientras la mano se interponga entre la pelota y el piso y no lo toque se cumplirá el requisito de buena bola. Personalmente considero que si en el volibol internacional la jugada es válida, ¿por qué no en el ecuavoley?
En nuestro país, el ecuavoley es practicado por miles de aficionados, en todo el territorio nacional, pero al observar este tipo de jugadas, debo afirmar sin temor a equivocarme, que ha evolucionado, por la sencilla razón de que utilizan recursos, y técnicas muy propias, que lo distinguen como lo que es: un deporte competitivo.
2.- En la práctica del ecuavoley, el colocador se constituye en la figura del partido; por ejemplo entre las varias jugadas que realiza cuando se envía una pelota a filo de red por parte de su rival, la levanta ya sea con dos manos o con toque de mano derecha. En especial me quiero referir, al saque de la pelota que ha sido enviada a la red delante del colocador; lo normal es cumplir la jugada descrita, pero aquí viene lo importante, si la conquista de los partidos es un proceso, entonces surge un ingrediente que le da un sabor agradable al juego, porque cuando este toque se lo domina y se la hace con técnica y precisión, el balón recibido, de inmediato es devuelto a campo contrario con un primer golpe; la pelota impulsada, describe una parábola (así la hemos bautizado) sobre el colocador rival que no ha logrado regresar a su puesto y cae dentro del campo de juego.
Esta hermosa jugada, a muy pocos jugadores he visto realizar, es posible que algunos la practiquen; en La Alborada, he admirado la habilidad de “Carlitos”, quien domina esta técnica y dentro de un partido si las circunstancias lo permiten, la repite muchas veces, pues desconcierta al equipo rival, es más, esa forma de pasar la pelota, la hace no sólo estando de colocador, también cuando juega de volador y de pronto mira la posición de sus rivales, entonces de manera imprevista devuelve la pelota de un solo golpe, se convierte en una imprevista ofensiva.
“Carlitos”, es un jugador de Alausí, quien aparte de su juventud demuestra una técnica y una garra indiscutible, cuando se lo ve jugar da la impresión que su organismo tiene una especie de “motor a diesel”, porque conforme se desarrolla el juego, paulatinamente su producción mejora, de allí que a veces, cuando parece que un partido va a perderlo, en la práctica esto no sucede, por la serie de atributos que saca a relucir y que son básicos para derrotar a sus rivales de turno.
Hay algo más: un detalle que se debe resaltar, está induciendo a su hijo de 8 años por la práctica de este deporte; le hace jugar de servidor, le explica que debe hacer en determinado momento; según ha manifestado, hasta el momento no ha perdido o por lo menos ha empatado sus partidos jugando contra rivales adultos, acompañado por supuesto de un buen volador; a sus rivales de turno, jugadores adultos, les da una significativa ventaja porque carecen de técnica y desconocen los secretos de este deporte.
Definitivamente la suerte del ecuavoley, es evidente, hasta el momento no ha sido reconocido como deporte competitivo, pienso que si se hubiere originado en algún país desarrollado, a estas alturas ya habría sido calificado como deporte olímpico y en el Ecuador, ya habría sido incluido para los juegos nacionales, pero esto no ha sucedido, en razón de que lo han aislado y discriminado, con el cuento de que es deporte recreativo y no competitivo. ¡Tamaña falacia!
En conclusión, me permito poner a vuestra consideración, un pensamiento tomado de un buen libro. “A las puertas del cielohay que llamar así, a estallidos a fin de que nuestras reclamacionesse presenten con el estruendo de conquistadores,no con el vil clamor de mendicantes”. El llamado es para el Comité Olímpico Ecuatoriano, con argumentos, razones, anhelo y derechos válidos de que el ecuavoley es un deporte 100% competitivo.
Dr. Cesar Oswaldo Carrera Chinga
General de Policía (r).