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ECUAVOLEY: un partido en proceso

Hecho el partido, la red ajustada, la apuesta cotejada, el árbitro seleccionado, las reglas y/o condiciones definidas, los puntos escogidos y la cancha y bola sorteadas, estamos listos para que el juez pida bola y empiece el juego.

Son notorios algunos rituales previos al primer bate, según la condición religiosa, creencias y cábalas de los jugadores. Algunos tocan la cancha con su mano y se persignan (hacen la señal de la cruz), otros colocan cintillos sobre su frente, algunos no juegan sino con una determinada camiseta, pantaloneta o zapatos, otros más escupen sus manos y las soban en el piso. Muchos otros usan rodilleras, canilleras, vendas, gorras e incluso gafas, pero entiendo que éstas son por protección física antes que espiritual. Y habrá algunos que en silencio invocamos a un ser querido a quien daremos nuestra ofrenda de un partido, aunque a veces no cumplimos con ello.

El bate o la batida de la bola por el equipo favorecido en el sorteo es impulsada por cualquiera de los 3 integrantes y de la forma que estime conveniente de acuerdo a su habilidad para manejarla. Unos baten con fuerza, otros colocada y otros formando una ola sobre la red. Todos buscando que la bola caiga para adjudicarse un punto, pero las más adecuadas para esto son las 2 primeras y aún más la segunda que busca el hueco, desprotección o debilidad del contrario para conseguirlo. La bola en la batida no debe tocar la red, y si es así, hay un cambio de batida favorable al equipo contrario.

El resto del partido la bola sí puede tocar la red, es más, algunos han desarrollado habilidades de cómo hacerlo, esto es tirando la bola sobre el filo superior de la red para que ella de la vuelta sobre la misma y sea difícil de salvarla por su cambio de trayectoria, y efectivamente lo es, pues la bola tiende a caer cerca y a veces sobre la raya divisoria de los 2 cuadrados y en ocasiones extraordinarios sobre la misma cancha de donde provino la bola.

El equipo que recibe la batida puede devolver la bola mediante uno, 2 o 3 toques de cualquiera de los jugadores, sin que el toque sea repetido por el mismo jugador, pero sí alternado entre sólo 2 jugadores.

Si la bola es recibida por el volador o el colocador, normalmente se la pasan al servidor para que éste, (que fue escogido por su habilidad de alzar la bola de acuerdo como el colocador exige) levante la pelota y el colocador puede rematar colocándola o haciéndola caer del lado contrario. En este coloque de bola, estriba la habilidad, la sutileza y la inteligencia del colocador que haciendo uso de todos estos méritos acaricia la bola, cambia su curso, engaña al contrario y la tira al hueco o sitio desprotegido del rival, empleando la palma de la mano en combinación con los dedos, o con sólo los dedos, siempre usando una sola mano. También se puede emplear las 2 manos, pero la caricia y el dominio de la bola en estas condiciones es un poco más difícil, el movimiento no es muy rápido y es notorio el muñequeo que pretende realizarse, lo que motivará la reacción del árbitro, que si va acompañado del reclamo de jugadores y público, probablemente decida una paralización del juego por bola retenida o llevada. Esta paralización brevísima del juego motiva el cambio de batida, asunto necesario y previo para anotarse un punto, o dicho en otras palabras, solo quien tiene el cambio puede hacer un punto.

Con cada saque de bola los 3 jugadores se reúnen brevemente en la esquina del que va a batir para coordinar la estrategia a emplearse y que normalmente es hecha por el líder del equipo, esto es el colocador (sólo en campeonatos hay padrinos). Unos se tapan la boca para hacerlo, otros levantan su camiseta hasta la boca, otros dan una palmadita a sus compañeros y hay hasta quienes dan las instrucciones acompañadas de un delicado insulto.

Mientras el uno bate, uno o los 2 restantes tratan de taparle la posición de la mano y probablemente la trayectoria de la bola para despistar al rival. En ocasiones esta estrategia es infalible.

Jugada hecha debe respetarse a rajatabla, caso contrario la bola podría caer libre o tocada y el culpable recibirá insulto doble, pero sutil y no ofensiva en alto grado. Esta actuación genera hilaridad en el público que goza con el folklor en cada cancha y que tiene sus bemoles nacidos precisamente del pueblo.

Por cansancio o por estrategia cada equipo puede pedir 2 llegos (equivale a time out) por set, siempre que tenga el cambio a su favor.

El equipo lo forman 3 de cada lado de principio a fin, aquí no hay cambios de jugador (excepto en campeonatos) y según el reglamento de cada cancha. Si un jugador se lesiona (a veces fingido) terminarán jugando 2 o pagarán media, se abrirán o perderán todo, según la situación del partido.

No se aceptan en ningún momento dobles golpes en un solo toque y tampoco golpear el balón con los talones de la palma de la mano (carpo) en la salvada, ya que desvía la trayectoria de la bola, pero si se acepta en el remate.

Aquí cualquier jugador puede atacar desde su posición inicial o en jugada pero regresando a su posición original si la bola no ha caído hasta la tercera jugada, luego de la cuarta puede volver a atacar cualquiera de ellos. Esto sucede cuando no hay condiciones previas parciales y si no se ha hablado ni condicionado nada, el partido puede convertirse en un caos que nadie puede arreglar, pues todos actuamos motivados por la viveza criolla.

Tampoco se puede tocar la línea divisoria de la cancha con el pie, manos, cuerpo y aún con el uniforme. No es válida la tocada del poste que sostiene la red, ni la bola lanzada que desde cualquier sitio no pase por sobre la red y entre ellos.

El punto de discordia más generalizado se da cuando la bola impulsada desde un lado hacia el otro de la cancha cae sin ser tocada por este último casi sobre la raya demarcadora lateral o posterior por el filo exterior, entonces todos alegan a su favor reclamando buena o mala bola. Si el árbitro no estuvo atento y cantó bola errada el lío es mayor y empeora si cambia de una posición a otra. El punto de coincidencia por lo general se da cuando el árbitro decreta vuelta bola y el juego se reinicia. Lo propio sucede cuando ocurre alguna infracción y el juez no detecta el fallo.

Terminando el partido por cualquiera de los considerandos anotados, los jugadores se dan un apretón de manos como señal de amistad en la vida y rivalidad en el juego. Ahora sí a reclamar su dinero. Luego vienen los comentarios de lo bien o mal jugado y éstos, junto con los aperitivos podrían extenderse hasta muy tarde, considerando que la cancha se llena a las 3 p.m.

     

Mientras escribía este artículo empezó a llover por un lado y por el otro despuntaba un sol radiante con el efecto final de un arco iris hermoso, así que aquí se los muestro para aquellos que no tuvieron la oportunidad de documentarlo.

     

 

Pepe
Abril 20 10
Fotos fecha : 05-04-2010 , 17:16 HRS.


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